Quise marchar.
No he sabido.
Sin embargo, el impulso que animaba mi actividad se ha ido.
Siento el vacío y la desconfianza.
Estos sitios, que fueron lugar en el que me dejaba llevar, pasan a ser lugares efímeros con los que no puedo contar.
Quise rehacer mi actividad, pero nunca puedo volver sobre mis pasos.
He hecho un paréntesis. Aunque corto, para estos medios es largo.
Estoy desanimada.
Nada es casual.
Es una señal.
No sé darle significado ni sentido.
¿Se cierra un ciclo, para abrir otro?
¿Se vacía un contenedor, para dar paso a uno nuevo?
En este momento, con un resfriado que creo se ha adueñado de mí porque han flaqueado las defensas.
Quisiera imaginar.
Volverá el hálito.
Ayer las nubes desgajadas cubrían el cielo que nos acompañaba en el viaje de regreso a casa.
Un arcoiris estuvo presente en dos tramos del camino.
El primero en parte y duplicado.
El segundo completo.
Pasamos por debajo de él.
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