He olvidado el último pensamiento que se orientaba a ti.
He hincado pie en esa Luna casi redonda que vi ayer entre dos perfiles edificados y un horizonte perdido.
He osado creer que ya no me tintineas en el aire.
He vuelto sobre mis pasos para mirarte.
Quebrada y desnuda, despojada y perdida.
Allí me tienes.
Soñando en un corcel blanco y crines al viento mezclándose con mis cabellos sobre una espalda desnuda y acariciada por las yemas de tus dedos.
Hoy la noche traerá tus sueños a mi almohada.
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