Me temo que escribo para mirarme en el espejo, de la misma forma que observo el proceso del tiempo en mis facciones a la luz de su reflejo. En este caso apunto al alma.
Eso del lugar lo comparto. Lo dices y encuentro que de eso hay. En mi caso es aquella respuesta a la búsqueda que tanto anuncio.
Que no sea un no-lugar el que me habite.
La verdad es que nos liberamos de cargas que no se esfumarían solas.
Buena observación la del Psico.
De necesidad partimos, es cierto.
Todos nuestros movimientos devienen de ella.
Sería placentero el estado contemplativo, pero no es alcanzable.
Poetizar es concitar ese estado de conciencia que deviene por necesidad.
Gracias por animar mi aliento con tu sugerencia.
El pánico se adueño de mí cegando los canales sensibles y oscureciendo mi alma.
¿Cómo salir de ésta?
Había quedado subyugado ante ese ser que exponía su voluntad sobre mi destino fatal.
Nada somos en sí. Caemos en un todo que estimula sensiblemente nuestra memoria adueñándose de nuestros pensamientos.
Para vivir nos sometemos a unos guiones que equilibran nuestras vidas; pero a la hora de escribir vamos sacando las alas como insectos que de su salida de la fase imago las desenfundan, tensándolas y estirándolas para salir en libre vuelo.
La libertad de escribir está en ese viaje a la infinitud.
El límite te lo pones tú.
Te embriagas y paso a paso eres más audaz.
Exponerlo a la mirada de los demás ya es otro cantar.
La pantalla ha quitado esos temores. Es algo así como la actitud del avestruz. Aunque esto que estoy escribiendo tiene sus 'mirones', me siento en mi mismidad y eso me da agallas para continuar.
Aquí, posiblemente esa mirada queda limitada, pero a la larga todo se destapa.
Quienes escribimos reivindicamos la autoría de cada uno de nuestros productos, aunque sea poco agraciado. Son las hebras de la urdimbre que construimos para decirnos. En nuestro yoismo está el no desdecirnos.
24/05/2008
Intervención en un foro enredado.
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