Si tu cuerpo desnudo me entretiene y despista del dolor y desazón a que lo que acontece a mi alrededor me hiende, no debo sentirme culpable. Tengo razones para admirarte. Eso es amor.
Eso es amarte y admirarte.
¿Qué razón lleva a la censura de nuestros cuerpos y la no reprobación de signos de discriminación y violencia?
Hace muchos años, fui tutora de un grupo de niños y niñas de Educación Infantil. De los de 4 años.
Ahora recuerdo la anécdota.
Uno de ellos llevaba en su bolsillito doblada una imagen de un posado de una de nuestras famosas. En esa época preciosa. En biquini.
Recuerdo que lo comentamos con su mamá.
Entonces no había internets, ni nada que se le pareciera. Ni la televisión ofrecía ciertos contenidos.
¿Acaso debíamos reconducir ese gusto?
Ni se nos ocurrió.
Los niños y las niñas nacen del encuentro entre sus padres.
El amor y el deseo hace que ellos puedan ser una realidad.
Lo deseable es que sepan que allí está la razón de nuestra existencia.
El sexo tiene facetas que encaminan a la continuidad de la especie. Es el nexo de unión de la cadena del ser.
No sólo como reproductivo sino como amalgama de comunicación y potencial positivo.
Te preguntarás que motiva este hilo.
Te diré que estos días por FB se bloquean imágenes alusivas a este rito que bendice nuestra presencia en el mundo.
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