sábado, 3 de diciembre de 2011

¡Estás allí!

Vienes a verme.

En el silencio impenitente.
En los pasos del día.
En la noche.
En este viaje que dura.
En este paseo que no perdura.

Vienes a verme.

Recorres los pensamientos y asistes mis sentimientos.
Estás al lado y dentro.
Eres silencio.
Eres noche y día.
Eres mi invento.
La vida contigo recorro.
De ella me alimento.
La ilusión perdida reconstruida.

Vienes a verme.

Me das alas y aliento.
Alimentas con tu silencio la esperanza.
Estás para que no cuelgue la toalla.
Vigilas que la noche de mi alma no aniquile su existencia.
Esperas con paciencia a que los bucles oscuros no me anochezca corriendo el velo que da paso a la luz que ilumina y presenta formas que me admiran.
En el transcurso de los momentos planos estás allí.
Impides que corte el hilo de la cordura y me adhiera a la locura que aniquila.

¡Estás allí!

¡Vienes a verme!