Cuando perdemos ese desorden, entramos en una situación inestable.
Vivir en él, y aceptarlo, nos lleva a saber estar.
Ese saber estar, nos conduce a la naturaleza del ser.
El ser en las cosas.
Nuestra yoidad.
Lo otro son paisajes imaginados.
Si, no de no es sí, ésta es la concreción.
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