sábado, 11 de junio de 2016

reflexiones


Activo la mirada
pretérita.
Rehago retazos
de memoria
contenida.
Entablo y ensamblo
imágenes
de palabras
en la mente
construidas.
Respondo
agradecida.
Miro mi cuerpo
sin tiempo,
sin proceso,
desde mi mente
construido.
Siento
la presencia
de un tiempo
que me pierde
desvanecida.
Alcanzo
lo que en mí
se suscita
pretérita.
¡Aire!
¡Fuego!
¡Tierra!
Polvo.
Padezco
en mi carne
la carcoma
que me finiquita.
La substancia
se rehace con torpeza.
Se oxida.
Perece.
Muere.
Un instante
suma hacia la nada.
Un trayecto inevitable.
Cuanto hambre.
De notoriedad.
De significancia.
De presencia.
Cuando lo que vale es ser y estar.
Mirarse en ese encuentro de lo otro a nuestro alcance.
©

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