domingo, 19 de septiembre de 2010

Sembremos modelos de concordia.

Mientras no tengamos el sentimiento de pertenencia al género humano desde una mirada global, será imposible razonar con esa fuerza bruta que antepone sus razones por la fuerza.

Tod@s somos perdedores.
No acabo de entender el porqué de las guerras.
Me gustaría que ante la discordia no se pasara a la ley de la fuerza.
Entiendo que no es fácil entenderse.
Respetar la diversidad y ser tolerantes, es algo realmente complicado.
Tod@s tenemos nuestra propia experiencia en lo que supone la convivencia en la proximidad.
Si previamente se dejara de usar el recurso de la fuerza y se intentara el entendimiento, poniendo en activo mediadores válidos, es posible que diéramos un paso a delante.
Otra de las problemáticas que se anteponen es la de la exclusión.
Esa es la que me lleva a pensar que tendemos a ver al otro y la otra como el no yo.
Bastaría pensarlo como parte de mí, para no cerrarle las puertas.

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